viernes, 10 de octubre de 2014

Ernesto Sanz: retrato de un corrupto





Por Dolores Argentina




La semana pasada fue tapa de todos los diarios nacionales y provinciales  el lanzamiento electoral de un compatriota nuestro: el sanrafaelino Ernesto Sanz (noticia: http://www.lanacion.com.ar/1732796-con-duras-criticas-al-gobierno-ernesto-sanz-lanzo-su-candidatura-presidencial ; resumen del discurso: http://www.corrienteshoy.com/vernota.asp?id_noticia=170000#.VDNA3Fcw824). Tiempos duros son los que corren, como todos sabemos, y quizás algún incauto, de mucho antiK, peque de crédulo al considerar que este Sanz es un buen tipo y puede ser una opción de “cambio”. Repasemos su currículum.




Sanz intendente

El 04 de junio de 2009 se publicó en el diario Los Andes una nota peculiar que llevaba un muy sugestivo título: “Campaña sucia: cubrieron el sur de panfletos contra Sanz” (http://archivo.losandes.com.ar/notas/2009/6/4/politica-427805.asp). La movida -al parecer llevada a cabo por algún pillo peronista- había consistido en empapelar las ciudades sureñas, especialmente la nuestra, con las siguientes consignas:



¿Qué hizo Ernesto Sanz

por San Rafael y por nuestro barrio

como Intendente o Senador Nacional?

NADA

Cómo creer lo que nos promete ahora, si en el 2007

dijo que Cobos era un mal gobernador y lo hizo echar de su partido.

Ahora quiere caminar el barrio como “gente de Cobos”.

Sanz lleva 22 años viviendo de la política.





El cartelito tiene que haberle caído gordo al dirigente radical. Durante tiempo de elecciones, como sabemos, siempre hubo lugar para la chicana y la ironía. Pero pocas veces un panfleto dio tan en el clavo como éste. Porque precisamente el mayor logro que se le puede adjudicar a nuestro compatriota es el de ser CANDIDATO A PRESIDENTE DE LA NACIÓN SIN JAMÁS HABER MOVIDO UN DEDO POR EL BIEN COMÚN, ni como intendente ni como senador. Según nos lo evidencia su carrera política (ver currículum aquí: http://www.iae.edu.ar/SiteCollectionDocuments/Antiguos/Asamblea2014/CV_sanz.pdf) el único cargo propiamente de gestión que ejerció el sanrafaelino fue el de Intendente. ¿Qué hizo como Intendente? Absolutamente nada. Los únicos hechos relevantes que marcaron su gobierno fueron  los disturbios del año 2001, cuando el pueblo de nuestra ciudad se despertó harto de tanta ineficacia corrupta y decidió arremeter contra los funcionarios de turno. Ese día Don Ernesto Sanz se encerró en la Municipalidad temblando de pies a cabeza. Bien se debe acordar de ello. Más tarde -aquietados ya los ánimos y con las elecciones del 2003 pisándole los talones- organizó un “gran operativo” para repintar las líneas de estacionamiento y las sendas peatonales de la ciudad. ¡Obra titánica! Y para completar el panorama, en su último discurso dijo que pasaría a la historia como el “intendente del agua” por las “grandes obras” que había emprendido en este ámbito. ¡Qué pedazo de caradura!

Así las cosas. La cuestión es que NADIE en su tierra nativa le tiene estima, pues todos aquí lo conocemos bien y sabemos de su total ineficacia a la hora de ejercer un mando político. Si bien no somos partidarios de los números, es significativo que luego de aquella penosa intendencia Sanz jamás volviera a cosechar un buen porcentaje de votos en nuestro departamento.



Sanz senador

Luego de su período en la Municipalidad de San Rafael, Sanz lanzó su candidatura a gobernador de la provincia. ¿Qué estructura tenía? Ninguna. ¿Tenía acaso contacto con los gremios, los sindicatos o con alguna agrupación obrera? Ninguno. ¿Gozaba, por lo menos, del apoyo y la simpatía de los sanrafaelinos? Nada de nada. Completamente en el aire y con el único respaldo de una buena cantidad de plata para propaganda, Sanz se lanzaba a competir con Cobos por la candidatura radical al Gobierno de Mendoza. ¿Qué sucedió? Al acercarse las elecciones decidió “sacrificarse” por el partido y abandonar sus pretensiones a gobernador para “resignarse” con el humilde puesto de senador nacional. En otras palabras, sin ningún respaldo político el sanrafaelino se subía al caballo de Cobos y conseguía lo que había pretendido desde el principio: un cargo legislativo nacional. Cobos ganó en Mendoza y tras él se “coló” este desconocido que se llama Ernesto Sanz.

Por supuesto, desde su banca legislativa se preocupó poco de trabajar y mucho de hacerse conocer. Desde aquel entonces, el sanrafaelino ha ido deslizándose con mucha inteligencia en el ámbito político nacional. Su única virtud -si es que se lo puede llamar virtud- es el haberse hecho conocer y constituir hoy una “opción para el cambio”, a pesar de que su única experiencia de gestión había sido pésima.

Como senador también tuvo la audacia de hacer echar a Cobos del partido radical cuando éste accedió a ser candidato a vicepresidente de Cristina Kirchner. Sanz dejaba afuera, de esta manera, al hombre que lo había llevado a la banca en el senado… Pero el disgusto no duró mucho tiempo y dos años más tarde, luego de que el vice diera su voto “no positivo”, se reconciliaban con bombo y platillos y Cobos volvía a integrar el partido radical mendocino. ¡Qué gente conciliadora! ¿No creen que habría algún que otro interés personal entre tanto besuqueo? Pues sí: Sanz, que otra vez estaba en pampa y la vía y necesitaba renovar su período como senador, se subió otra vez al caballito de la repentina popularidad de Cobos y logró la reelección. En San Rafael, la derrota del radicalismo fue estrepitosa y no porque los peronistas sean aquí muy queridos, sino porque en nuestro departamento, precisamente, el nombre de Sanz irrita los ánimos. “Los peronistas roban pero hacen”, comenta la gente. Sanz ni eso.

Como es evidente, en su larga carrera como Senador Nacional, Ernesto Sanz ha pronunciado numerosos y apasionados discursos. Varias veces, por ejemplo, ha tenido el “coraje” de denunciar la corrupción. ¡Qué tipazo! Ahora bien, Señor Sanz, siendo Ud. senador y jefe de un partido con varios diputados y senadores en el Congreso, ¿me puede explicar porque no promovió nunca el juicio político que ordena la  Constitución Nacional (arts. 45, 51 y 53, y 53,59 y 60 de la "reforma" del 94) contra los Presidentes sospechosos de haber cometido delitos o mal desempeño? ¿Hay que esperar que sea Ud. presidente de la Nación para que se "investigue"? ¿Quién nos garantiza que su investigación será sincera y no será igual a su inoperancia como presidente del radicalismo y como Senador? Lejos de eso, el radical se vio envuelto a finales del año 2010 en una serie de denuncias que lanzó la ex radical Carrió contra él y sus secuaces por haber recibido dinero del kirchnerismo para ausentarse de la sesión que decidiría el presupuesto nacional para el año siguiente. El honestísimo Ernesto Sanz, como es evidente, salió indignado a rechazar las “mentiras infames” de la gorda Carrió y entonces se armó una pelotera que mamma mia. No vaya a creer el lector, sin embargo, que estos señores no pudieran luego reconciliarse e ir juntos -como lo hicieron y hacen en el Frente UNEN- para las elecciones del año pasado y del año próximo. ¡Tienen una capacidad conciliatoria envidiable!

Y como frutillita del postre, el sanrafaelino tuvo la desfachatez de votar a favor de la ley del Putimonio a despecho de la opinión de los mendocinos sobre el tema. Sí, el putimonio es aberrante aunque la mayoría diga lo contrario. Pero si la mayoría favorece la familia y rechaza el putimonio… ¿por dónde se pasan la tan mentada “democracia” nuestros políticos?



Sanz presidenciable

Sanz no es en absoluto presidenciable. Luego de muchos años como Senador, ha amasado suficiente plata y ha reunido suficientes contacto políticos como para ser precandidato a presidente, pero no le da el piné para presidente. ¿Cómo? ¿De qué me perdí?, preguntará el lector. Pues sí: Sanz ha lanzado su precandidatura a presidente para poder bajarse el año que viene y negociar alguna otra cosa. Negociar -por qué no- una alianza con Macri. Y esto no es una opinión mía, sino de varios analistas políticos, entre ellos, Guillermo Cherasny (http://informadorpublico.com/2014/07/21/aunque-hoy-lo-nieguen-en-enero-despuntaria-la-formula-macri-sanz-avalada-por-carrio/).

Con un apasionado y polémico discurso, el sanrafaelino lanzó el pasado 3 de octubre de 2014 su precandidatura para las elecciones del año próximo (si teníamos bastante con candidatos, ahora encima nos vienen con “precandidatos”). Su discurso podría resumirse en dos palabras: montaje y mentira. En efecto, Sanz es la mejor imagen de nuestro sistema democrático: todo montaje, todo plata, todo contactos políticos y nada de política en serio. Sanz, como todos los atorrantes que conforman nuestra clase dirigente, es el típico ejemplo del artificial montaje, hecho exclusivamente de plata y palabras bonitas, con que nuestros políticos llegan al poder. Detrás de ellos no hay ni gente, ni agrupaciones, ni méritos de gobierno: solamente hay plata y contactos. Esto explica por qué siempre los candidatos más prestigiosos naufragan tan rápido como subieron en el vasto mar del “son todos iguales”. Bien les cabe a todos ellos el paradigma antiguo del “eterno retorno”, pero en clave moderna. Todos son cómplices de la corrupción que aqueja a la Argentina y ninguno está dispuesto a extirpar este mal porque en ello se jugarían sus propios intereses. Todos, sin excepción, participan del pacto de silencio que les permite volver una y otra vez a la escena política.

El argentino común, cansado ya de miserables y corruptos, rápidamente se entusiasma con alguno de los candidatos y lo vota sin conocerlo. Y siempre gana el que tiene mejor propaganda. Aunque ese desconocido no haya nunca ejercido un cargo de gestión. Aunque únicamente lo haya hecho en una intendencia perdida de nuestro país y de la manera más ineficaz y pobre que pueda imaginarse. El tan mentado “cambio”, estimado lector, no es más que en un enroque de nombres. Los problemas estructurales de nuestro país, tales como la corrupción y la inseguridad, NO SERÁN SOLUCIONADOS NUNCA POR ESTA CASTA DE ATORRANTES RECICLADOS QUE NOS GOBIERNA. No nos engañemos: Ernesto Sanz y todos los secuaces de su generación “hace más de veinte años que viven de la política”.


Termino con unas palabras que el precandidato pronunciara en su discurso del pasado 4 de octubre refiriéndose al gobierno nacional y que nosotros aplicamos a nuestra clase dirigente por entero. Nuestros políticos lo único que han hecho, hacen y harán es “manipular la angustia de la gente en lugar de resolver sus problemas; hacerse rico en el poder, mientras se simula proteger a los pobres”.


1 comentario:

  1. Centinela, alguna vez escuché que este hombre era masón, puede ser? Él lo ha dicho abiertamente?

    ResponderEliminar