por un vasallo de Nuestro Señor
Hace un tiempo atrás, más precisamente a fines
del año pasado, tomábamos conocimiento de una noticia que nos llenaba de enojo,
tristeza y hasta –hay que confesarlo- un poco de temor. Se había presentado un
proyecto para la eliminación de las imágenes religiosas de los espacios
públicos y la no utilización de nombres con contenido religioso en
establecimientos educativos o sanitarios.
No fue difícil saber quién estaba detrás. La
APDH volvía a hacer de las suyas. Ahí fue donde nos quedamos un poco más
tranquilos. No les había ido bien tratando de hacer más laica la enseñanza
pública, buscando por la vía judicial eliminar la festividad de la Virgen del
Carmen de Cuyo y del Patrón Santiago. Entonces… buscaron otra vía.
En esta ocasión querían que El Honorable
Concejo Deliberante de San Rafael aprobase este proyecto suyo, convirtiéndolo
así en ordenanza municipal.
Habiendo tomado conocimiento de esto, muchas
agrupaciones, comenzaron a moverse para no permitir que este proyecto fuese
aprobado. No costó mucho ver la adhesión masiva de la gente a nuestro ideal.
Escuchábamos frases como: “¿Por qué quieren sacar las imágenes?”, “¿No hay
otros asuntos más urgentes en que se podrían ocupar los de los derechos humanos?”.[1]